MASAJE

Home – Single Post

El famoso “Masaje de Systema” es un proceso, no un fin en sí
mismo. No puede tomarse simplemente como “una técnica que me arregla la
espalda” o “un tratamiento que me reconfigura el cuerpo”. Antes de entrar a la
sesión, ya te advierten que el masaje va a tener repercusiones internas. Los
sentimientos, los pensamientos, todo cambia. Y es que, sencillamente, el masaje
provoca un trauma profundo.

Imaginen un dolor tan grande que supere por mucho sus
umbrales de dolor. Luego, imaginen que ese dolor dura 40 minutos, en forma
ininterrumpida. Por eso se dice que recibir el masaje de systema ES hacer
systema. No se puede pasar por ese proceso si uno no hace todo lo que aprende
en systema. Tomar el masaje es tan útil a la actividad como practicar golpe o
aprender a defenderse de un cuchillo.

Ya, al principio, uno se percata como va a ser la evolución
del masaje. Desde el mismo segundo cero, el masaje es a todo o nada. Hay que
sacarse las zapatillas y pararse sobre una alfombra con unas especies de clavos
punzantes. Ahí ya uno descubre que no hay lugar para bromas: o te relajás y
respiras, realizás control del miedo y aceptación del dolor… o te vas.

Luego, comienza una pelea interior muy fuerte, que dura
durante toda la sesión. Te peleás con tu ego (¿por qué yo me someto a esto), te
peleás con tu miedo (¿puedo soportar esto?), te peleás con tu ansiedad
(¿faltará mucho para que termine todo esto?). Y realmente, lo que hacés es
ganarle a cada uno de esos planteos. “¿Por qué me someto a esto?”… porque no
quiero ser mediocre, quiero mejorar. “¿Puedo soportar esto? “… por supuesto.
“¿Falta mucho para que termine?”… Sí. Y lo acepto.

Nada como este masaje me hizo comprender como se respira en
systema. Ningún ejercicio, jamás, me logró llevar a tal estado de tensión. Y
por primera vez pude entender como se hace para llegar a una relajación
absoluta cuando uno se encuentra en medio de una tensión y un dolor
paralizante.

Con este masaje entendés todo. Tensión, relajación,
respiración, control del miedo, aceptación del dolor, control del ego… todo. Y
a niveles profundamente mentales.

Por supuesto que desde lo físico tiene devoluciones
empíricas: Hace años que no sentía tan libre la espalda, no me suena más el
cuello cuando lo muevo, y realmente me desapareció por completo el dolor del
ciático. Siento el cuerpo muy relajado. Los brazos cuelgan de los hombros y los
trapecios no existen. También mi ánimo mejoró mucho. Estoy muy tranquilo. Esa
es la palabra correcta. En paz.

About Us

Mas ande otro criollo pasa Martín Fierro ha de pasar, Nada la hace recular Ni las fantasmas lo espantan; Y dende que todos cantan Yo también quiero cantar.

Latest News

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *